martes, 5 de julio de 2011

EL ÁRBOL CUENTA SU HISTORIA


"Hoy quiero contarles mi historia, la vida de un árbol."
Que la conozcan es muy necesario, pues de esa sabiduría depende que juntos, podamos seguir dando vida a este, nuestro valle.
Nací cuando uno de los tantos inmigrantes, me plantó, aquí; junto al callejón donde el paso de una acequia, me fue brindando el fresco alimento.
Crecí viendo como; los hijos, primero y luego los nietos de mi benefactor, transformaban este lugar.
Aquel campo tomó nuevas formas, fue chacra, fue finca. La enramada fue galpón, luego bodega, aserradero, sidrera. La casita se incluyó en un caserío, que pasó a ser un barrio y hoy de villa llegó a ciudad.
El callejón se convirtió en la brillante ruta que cruza la zona y une otras poblaciones. Junto a mí surgieron alamedas, bosques y parques que hoy hacen de esto un lugar ideal
Me hice frondoso, las estaciones me mudaron de variados matices y mucha gente disfrutó de mi frescura y de mi paz.
Pero no todos supieron cuidarme. Alguien dejo cerca mío las brasas sin apagar, de un fuego que allí encendiera.
Me causó mucho daño. El recuerdo es doloroso, las llamas me abrasaron, y de mí hoy sólo queda un pedazo de tronco ennegrecido.
Más, no crean que he muerto, hoy ha asomado de mi base un tierno retoño, desde mis raíces. Es mi hijo, el nuevo árbol.
Y ustedes, los nuevos hombres y mujeres, como aquél inmigrante, deberán cuidarlo para bendición de esta hermosa tierra.

Alfredo Vicente

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