martes, 5 de julio de 2011

"DEPREDADOR" vs. TIERRA II

Tres paseantes van por la Costanera del Río Tunuyán y se detienen junto a los maderos que forman el mirador; son Lucas , Marcos y su abuelo.
-¿Recordás abuelo lo que hablábamos hace unos días? Sobre el depredador ¿qué más sabés de esos temas?- dijo Lucas.
- Bueno, creo que habría algún otro dato para contarles-
-¡Vamos, dale abuelo!- insistió Marcos.
- Recuerdo cuando niño, allá en la finca donde vivíamos; siempre por las tardes pasaba un hombre que mi papá conocía, don Pileas. Él pasaba con su bolsa al hombro tras la casa hasta el otro lado del puente, (sobre la ruta que iba a Tunuyán) bajaba una alta barranca sobre un pantano. Luego volvía por el mismo camino rumbo a su casa que quedaba cerca. Muy temprano al día siguiente volvía para luego retornar con su bolsa.-
-Y ¿Qué hacía ese hombre?- preguntó Lucas.
-¡Ya veráz, que hacía!, lo supe un tiempo después cuando lo seguí sigilosamente hasta cerca de la barranca, la que presentaba cuevas hechas por nutrias que allí habitaban. Entonces sacaba de su bolsa trampas de hierro muy bien armadas que iba disponiendo a la entrada de cada cueva. Las nutrias al salir o al entrar, podían quedar atrapadas. Las que quedaban entrampadas, él las mataba con un palo, y así volvía con sus trampas y las nutrias cazadas.-
-Y ¿qué hacía con ellas?- dijo Marcos con los ojos muy asombrados.
- Me contó mi padre, que les sacaba el cuero que bien estirado secaba al sol. Esa piel la vendía a buen precio a quienes hacían tapados muy costosos. Esto me repugnó mucho y tomé aprecio por esos animales a los que gustaba observar por las tardes cuando se alimentaban con mojarritas o helechos del pantano. Pero muchas empezaron a morir por ese trampero. Cada vez fui viendo que eran menos las que había y este es otro ejemplo de un depredador, que con el tiempo ya no encontró ninguna.-
- ¡Qué triste!- murmuró Lucas. - Y ¿no te acordás de más casos?-
- Sí, me viene uno a la cabeza. En ocasiones personas del centro que pescaban, organizaban salidas por varios días con vehículos, y acampaban río arriba o en otros ríos de departamentos vecinos y se hartaban de sacar truchas (criollas, salmonadas o arco iris), percas y pejerreyes, para volver con muchos kilos de esos peces; que si no había nuevas siembras de alevinos, terminaban por desaparecer.
Debo agregar que existe para Tunuyán, reglamentación para eso, las personas deben hacer pesca y caza deportiva (cantidad limitada de capturas), registrarse con un permiso y respetando también las épocas de veda-
-¡Qué bueno, que controlen eso y qué lindo que vos nos lo contés!-
-Sí, ahora ya sabemos mucho sobre los que son "depredadores", y los que no lo son.- dijeron los chicos.


Alfredo Vicente

No hay comentarios:

Publicar un comentario