martes, 31 de enero de 2012

TUNUYÁN, DOCENCIA Y CULTURA


Tunuyán tiene multiples  anécdotas de muchos docentes que dieron muestras  de su sacrificio, su perseverancia y su pasión en una profesión que nunca fue bien reconocida.
En 1958 recién egresaron los primeros maestros en Tunuyán. Antes, al magisterio solo se accedía en otros lugares de la provincia (generalmente en la ciudad de Mendoza ), a lo que podían solo muy pocas familias.
Entonces muchos docentes viajaban diaria o semanalmente desde esos lugares hasta aquí, también algunos se radicaban temporalmente o en forma definitiva en la Villa para dar clases en lugares de Tunuyán.
Respecto a aquellos que ya estudiaron en el Departamento, lo hacían inicialmente en entidades que estaban adscriptas a Escuelas o Colegios Normales Oficializados. Así se cursaban las materias en los Institutos locales pero su aprobación dependía de la Entidad Oficializada, de la que dependían.
Originalmente los profesores (muchos de ellos solo maestros o profesionales, eran autorizados a dictar materias) los que hicieron su tarea docente inicialmente  adhonoren. Ya al ser oficializados debieron regularizar su situación formando  parte del plantel docente y así cobrar la remuneración correspondiente.
Ya en este punto la producción docente creció mucho y la competencia se hizo casi interna, por ubicarse en las escuelas elegidas. Además, los-as  maestros-as de Tunuyán salieron a los departamentos vecinos en busca de cargos, suplencias o reemplazos en diversas  zonas.
Ello exigió a muchos-as de ellos-as a trasladarse diariamente algunos kilómetros en ómnibus (que a veces debían completarse caminando) o en otros casos en moto o en sus propios vehículos.
Si a esto agregamos las ocasiones en que debían soportar la inclemencia de heladas, nevadas, ventarrones, barrizales o anegamientos de caminos; hemos de considerar que ello era un duro desafío.
Se daba el caso de maestras que semanalmente se albergaban en locales adosados a la escuela en partes muy alejadas, y de maestros que conseguían contratos anuales dictando clases en cuarteles, a los soldados
Muchos de esos educadores solo desarrollaron su actividad específica, pero  hubieron otros que excediendo ese límite, ampliaron su acción en múltiples expresiones de las que fueron protagonistas.
Así se los vio participar en centros de estudios históricos, bibliotecas populares, asociaciones culturales, institutos de especialidades, eventos de competencias intercolegiales, exposiciones pictóricas y ateneos literarios.
Ello permitió a Tunuyán períodos florecientes en lo cultural en  los que surgieron exponentes de cierto renombre que llevaron sus expresiones más allá de los  límites departamentales.
No hemos de nombrarlos aquí, tampoco sus obras el anonimato los hace más luminosos y estarán siempre presentes en la memoria de quienes los conocieron. En ese recuerdo persiste la añoranza de esos tiempos que marcaron itos en las vivencias de un Tunuyán vivo y creador.

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