La antigua Villa de Tunuyán, pequeña aún resolvió por sí sola el aspecto energético que exigía la vida comercial, industrial y social que exigía en su momento. Así es instalada una usina, al comienzo con fuerza hidráulica (salto de agua que mueve turbinas que generan electricidad) a lo que se agregaron motores a combustible que sumaron el potencial energético que se esperaba ante los nuevos avances que se fueron dando. Estas instalaciones privadas inicialmente y luego nacionalizadas solo abarcaron el microcentro de Tunuyán no así al conurbano y menos aún las zonas rurales, que comprendían también los distritos alejados.
En estos últimos sectores las viviendas se iluminaban con lámparas a querosén y algunas tan solo con candiles.
Allí también la carencia de electricidad era suplantada por la batería (acumulador) que se adaptaron a la radio y el tocadiscos. Con referencia a la radio ella constituía el elemento fundamental en la información y gran cantidad de programas de entretenimientos, humor, novelísticos,etc. Ellos eran sintonizados de la provincia o de Buenos Aires. Las mujeres se involucraban en conocidas novelas del corazón, los niños y adolescentes tenían su horario para las aventuras de héroes con gritos que resonaban en la lejana selva y que decir de aquellos que les hacían reír en gran forma y esperaban ansiosos como los grandes personajes de Iglesias y Sandrini. Los domingos eran de la Revista Dislocada y las noches con comentarios deportivos, concursos de preguntas y respuestas, musicales y temas políticos.
El cine cumplió importante función y muchos asistentes pudieron ver los filmes del momento. En Tunuyán se vieron películas nacionales e internacionales algunas de gran calidad. El salón más importante fue el Cine Teatro Avenida ( Alós) hubieron otros que pronto cerraron por su escasa estructura y calidad. Pero el primero estaba muy bien preparado y sirvió para muchos eventos además del cine; teatralización (allí se ponían en escena algunas novelas oídas por radio en ello son recordados Servando Juarez, Federico Fábregas, entre otros) seguimos con otros usos como presentaciones musicales y de danza, fiestas finales y de egresados de colegios. Finalmente fue demolido con la esperanza de reciclarlo, pasó el tiempo y hasta hoy la Ciudad no tiene un cineteatro.
La expresión escrita tuvo en esos primeros tiempos regular consumo. Especialmente se compraban revistas de tirada nacional mayormente las de humor, historietas, novelísticas, del espectáculo y de información mundial ( Rico Tipo, Tibis, Patoruzú, Tía Vicenta, ElTony, Radiolandia, Suspiros, Life, Mundo Hispánico). Los períodicos más requeridos eran los provinciales que eran solo dos (más comprados los domingueros) los de Buenos Aires más bien selectivos y los de otros países a pedido. Respecto a los libros era menor la demanda y las librerías estaban casi dedicadas a los textos escolares, exigidos meticulosamente.
Volviendo a la extensión eléctrica ella llegó hasta el sector rural al hacerse el empalme con la central de Cápiz, que dejó caduca la vieja usina.
En resumen hablamos de esa incipiente población tunuyanina que ya mostraba el impulso de acceder a las nuevas tecnologías y a informarse, actualizarse y superarse incansablemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario