martes, 31 de enero de 2012

EL CHIMANGO Y LA TORCAZA (fábula)


Atendemos el caso de dos aves muy conocidas en Tunuyán, las que a pesar de no relacionarse mucho entre sí, pues sus propósitos no son coincidentes; un día comunicadas desde un árbol a otro mantuvieron esta rara conversación:
_  ¿ Por qué yo recibo tantas críticas?_  dijo el chimango _ En cambio vos sos tan  reconocida por tu bonanza_
_ Será porque vos pertenecés al grupo de los rapaces, que tienen muy mala fama_
_ Pero yo soy sólo un rapaz de los más pequeños y casi doméstico_
_No obstante tus presas suelen ser grandecitas, como cuises, pericotes, lagartijas y otros animalitos que atrapas con crueldad_
_ No te creas por eso un “angelito”, mariposas, libélulas, abejas, escarabajos, mantis; son algunas de tus víctimas ¡y cómo hacés eso, querida!_
_ Bueno, pero aparte de tus presas normales, muchas veces ustedes nos han atacado a nosotras, las que a veces hemos caído bajo sus garras, otras veces hemos conseguido escapar  gracias a nuestra forma de volar que es más ágil que la de ustedes_
_Si, eso es así pero cuando logran burlarnos y se colocan encima de nuestro; pueden maltratarnos con dolorosos picotazos que nos hieren_
_¡ No te defiendas con esas cositas y acepta lo malvados que son ustedes, los chimangos!_
La discusión había tomado tanto calor que fue tenida en cuenta por el jote (buitre) que planeaba cerca  en esos momentos, e intervino diciendo:
_ No divaguen en ese tipo de cosas, creo que deberíamos considerar  que pertenecemos al mismo  ecosistema, y en él cada uno tenemos que cumplir determinada función. Esto no indica que unos seamos los malos y otros los buenos; sino que es parte del necesario equilibrio entre las especies de nuestra comunidad  para que ninguna de ellas corra el riesgo de extinguirse_
Muy callados se quedaron los dos ante la sabia explicación del viejo carroñero, que como siempre ocurre, puso el toque justo que solo otorga la experiencia.

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