Quien le canta a Tunuyán debe hacerlo con tonada
porque es la canción cuyana y debe ser bien cantada.
Cantarla con emoción y con la mano tendida
propio de la tradición de nuestra tierra querida.
Te canto mi Tunuyán con templanza y con afán
con templanza y con afán hoy te canto Tunuyán.
Cogollo
Tunuyaninos que vivan,
que vivan tunuyaninos,
este cogollo reclama,
ustedes son los que alientan
el sol de cada mañana.
Con la tonada dichosa
me los bebo aquí en Mendoza
y me los llevo en el alma.
Alfredo Vicente
TONADA DEL COMPADRE
Somos los dos de tonada
dos gotas del mismo arroyo
que son mucho siendo poco.
Venimos desde el silencio
a ser canción en el otro,
es por eso que al compadre
uno le enciende el cogollo.
Tiene entonces la tonada
dos voces amanecidas,
juntos vaamos por el caanto
y volvemos por la risa.
La vida quiere ser más
y para eso nos precisa.
El compadre es un amigo
que me duplica la vida.
Invest. Alfredo Vicente
CARNAVALITO TUNUÑAQUEÑO (canción)
Ya estamos en carnaval papel picado calles de hinojo
este es el corso de Tunuyán, bombitas espumas y pomos
Van disfrazados diablos y brujas gesticulando para asustar
a despistados que no descubren, no descubren el carnaval
vibra el carnaval tunuñaqueño carnavalito de enmascarar.
Ya llega el fin del carnaval se acallan juegos y mojaduras
caen caretas cae antifaz esperando otras nuevas venturas.
Alfredo Vicente
ASÍ ES MI TIERRA (poesía)
Sos la tierra de temblores de heladas y granizadas
Tunuyán así presentas como una tierra olvidada
Mas ello suena engañoso destacar lo tuyo malo
pues es de tu lado bueno el que yo muestro y alabo.
Son tus largas alamedas, tus ondulados sauzales
que restauran en veranos la frescura de tus tardes.
Otoños de ocres dorados que inspiran luz a poetas
desnudando mil paletas que iluminan tus pintores.
Tu suave nieve de invierno alfombra llano, montaña
Tunuyán el ancho oasis de oculta y surgente agua
que siempre en tu primavera estalla en multicolores.
años llegan y descubren suelos turgentes variados
que labrados en la fe, se reiteran jugosos pasados.
Yo así te presiento presente, tú Tunuyán sos mi tierra
aquí fui niño, joven, hombre, en vos fundé vida plena.
Alfredo Vicente
CUECA DEL COSECHADOR
Verdes alamedas verdes, que cobijan del ardiente sol
van perfumando la tarde que está encendida y en flor.
Tardes de mi Tunuyán con su horizonte de cerros
callejón donde descansan la caballada y los perros.
Hay cosecha y es febrero y prontas van las cuadrillas
de sedientos cosecheros buscando fruto que brilla.
Ya termina esta jornada, pronto ya vendrá el sosiego
vuelta al retorno añorado, donde afloran los afectos.
Alfredo Vicente
LA TONADA PARA MI VIEJO
Dulce compás de tonada que de unos labios florece
después que una serenata festivo elogio merece,
Canten ya los tonaderos que recorren madrugadas
compartiendo unos vinitos y repitiendo tonadas
A veces se las recuerda y nos conmueve su encanto
y cuando ofrecen cogollos es agradecido el canto
Mi viejo Alfredo que viva cogollito de gladiolo
ser excelente persona lo acredita por sí solo.
Alfredo Vicente
TUNUTANGO
Para vos Tunuyán hay un tango sin señal de farol y de esquina
pues tenés un sentir, un alago de genuina expresión argentina
Hay un corte y quebrada en tu cerro y milonga virtual en tu cielo
retrato de Carlitos en taxis y un repique de taquito en tu suelo
Manzi y Discépolo escuchan tu leal fuelle, quizas resongón
y si no de mil formas dibujan, en tus labios silbar su canción.
Aunque lleves fervor de tonada no le quita valor al chan chan
pues revela el real patrimonio argentino, por la humanidad.
Sí Tunuyán también sos tango: Caminito, Cumparsita, Gisel
si no tenés ley de arrrabal y fango, si persigues la ideal promesa
sintiendo elevarte en baluarte tanguero y asi seguirle más fiel.
Alfredo Vicente
ALLÁ EN EL PUESTO (Ranchera)
En el fondo de Chacayes, junto al arroyito lento
hay un puestito de cabras a cubierto de los vientos.
El rancho lo cuida ella, que también abre el corral
dejando salir las cabras que van subiendo a pastar.
Él salió a buscar temprano leña, pichana y chañar
que cargada en su caballo va yerba, vino y demás.
Y al volver ya su ranchera que tiene presto el hogar
y juntos juntan las cabras que bajan a lento andar.
Ya la tarde va apagando todo un día en sus trabajos
al puesto llega el descanso, y mesa con comentarios.
La luna ilumina el cerro, abajo el puesto está atento
las cabras se van durmiendo, afuera cuidan los perros.
El cielo es techo estrellado, un rancho en techo de paja
es la vida en Los Chacayes, esta ranchera hoy lo canta.
Alfredo Vicente
SIN MIRAR ATRÁS
Aquí voy recorriendo tus calles Tunuyán que de vos me alejé
hoy decido pegar esta vuelta e ir consciente reviendo el revés
Como aquel visitante indeciso sorprendido de ver lo que ve
atesora lo visto impensado o casi soñando en vigilia tal vez.
Sin recuerdos rencores nostalgias, ni volverse en estatua de sal
un estilo y disfrute de ahora, viendo en limpio y sin mirar atrás.
Hoy de verte Tunuyán yo me admiro creo verte por primera vez
anónimos ya nada conmigo, nada de recuerdos y nada después
Sin recuerdos rencores nostalgias ni volverse en estatua de sal.
un estilo y disfrute de ahora, viendo en limpio y sin mirar atrás.
Alfredo Vicente
ESA APARICIÓN
Hasta que apareciste fue vacío, sensaciones furtivas que expiraban
en inútiles temerosas ilusiones, ligeros brillos que en sí se apagaban.
Y allí apareciste a cielo pleno, llenándose de miradas y tibios ojos
colmada tu cara llena de sonrisas, y allí tu moín decuidado y sereno.
Así apareció el descubrimiento, que se liberaban mis locos vacíos
allí avisoraban mis vanas ideas, tras una alocada e ignota ceguera.
Y no ver otra cosa que tu aparición, y sin guardar la duda, lo incierto,
ello resolvió mitos, desconfianzas y volviendo simple el sutil encuentro,
se aclararon mis sendas oscuras, dando un verde amor, un sentimiento.
Pronto nos llevó a un juego entre dos, de jura y señal que unía dos vidas
brotando en proyectos; también en silencios, unión, celos, convivencia.
Los hijos marcaron las pruebas, de las que surgió la renovada aparición,
fue el encuentro distinto, que nos hizo amanecer en otros horizontes.
Allí siguió un vivir de utopías soñadas, modos invividos, impensados;
que siguen llevándonos en pos de emociones y de una nueva aparición.
Alfredo Vicente
UN MUNDO (poesía)
Un mundo que es la vida. Las vidas, todas
y múltiples; donde abrevan viciosos, avarientos,
ansiosos, humildes, marginados y millonarios.
Un mundo que recoge, alegrías, soledades, lutos,
esperanzas, tristezas, pánicos y desasones.
Un mundo de posibilidades: buscadas, regaladas,
esperadas, negadas, desperdiciadas o desoídas.
Un mundo que nos puede dar todo; quitar todo,
exigir todo, encender o apagar de pronto todo.
Todo a cambio de nada, porque el reto de la vida:
sigue, sigue, sigue y siempre seguirá. Es su reto.
El mundo es sólo uno; no tenemos otras cosas
para comparaciones, para desacuerdos, desdenes,
aclaraciones, odios, creencias o indiferencias.
El mundo es el mundo, nadie conoce otra cosa;
es que somos ese mundo, sus constructores y
somos los ejecutores de lo que pasa o deja de pasar
en él. Somos el mundo y él sólo dejará de serlo
cuando cada uno, lo deje tras su último aliento.
Alfredo Vicente
LA LEY DE LA VIDA (poesía)
Vida es lo natural, que comienza en esas dos células,
que al unirse generan la formación que somos y que en ella
en realidad comienza la sutil e ineludible decadencia.
Cuando niños ya derrochando energías, desgastadas en
el reconocer códigos y mitos, que llevan a un largo caminar.
Ya jóvenes, en la creencia de haber conseguido la permanencia
como trofeo detenido en el tiempo. Épocas que parecen que
no pasan; momentos en que se cree tener todo.....pero.
Pero la vida pasa, la vida que no espera, que va quemando metas.
Pues lo que sonaba como llegada al tope, nada más vanal.
La vida no para, ella va marcando canas, arrugando perfiles,
encorvando esbelteces, en esos años que ya empiezan a pesar.
Pesan sobre hombros, que van recibiendo la flacidez y el tropiezo.
Es la vida que se come a la vida, ella que va marcando ese contrato
que todos conocen, pero que tratan en ignorar, ya escapando
al espejo una y otra vez; hasta terminar por enfrentarlo y aceptarlo
desde su decaída condición. Contrato que rige, que la ley de la vida-muerte
se cumplirá inexorablemente; pues así es de simple, es la Ley de la Vida.
Alfredo Vicente
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