ELIGIERON TUNUYÁN
Si hasta épocas de Virreinato existió el mito de la Sierra del Oro, en épocas en torno al 1900 surgió un nuevo mito en España; el de Hacerse la América. Se basaba esta última en lo fácil que resultaría progresar y enriquecerse emigrando a la Argentina. Muchos corrieron tras esa utopía, pues pronto comprobarían que lo esperado no era tal. Algunos retornaron, otros perseveraron en el objetivo con éxito y otros simplemente se asentaron, fascinados por el tipo de vida que aquí reinaba.
Distintos puntos del país fueron el destino de los que se quedaron, como soy herencia de los que eligieron los valles mendocinos, me referiré a algunos que lo hicieron en Tunuyán.Si bien me consta que el venirse les significó desprenderse de familia, aquí hicieron una nueva y se enamoraron totalmente de esta tierra.
Indico quienes llegaron de la española Salamanca (familiares) se dedicaron a la fruticultura, asociándose familiarmente como contratistas de extensas fincas. Dejando además con diversas profesiones a su descendientes tunuyanenses.
De la andaluza Granada, su parte Mediterránea; de Motril, un dedicado constructor que en Tunuyán dejó buenas edificaciones y donde fue reconocido junto a su familia por su don de buena persona.
También de Alicante; ambiciosos comerciantes que con esfuerzo y entereza lograron importantes beneficios económicos.
Y ya desde Cáceres (Extremadura) los que de pronto expresaron con esfuerzo y fe sus aportes al Tunuyán que les abrió sus puertas.
Muchos otros conocidos y desconocidos aquí llegados, los que apostaron por este Departamento; tantos pioneros, que como los antes citados fueron protagonistas de su actual transformación. Alfredo Vicente
Si hasta épocas de Virreinato existió el mito de la Sierra del Oro, en épocas en torno al 1900 surgió un nuevo mito en España; el de Hacerse la América. Se basaba esta última en lo fácil que resultaría progresar y enriquecerse emigrando a la Argentina. Muchos corrieron tras esa utopía, pues pronto comprobarían que lo esperado no era tal. Algunos retornaron, otros perseveraron en el objetivo con éxito y otros simplemente se asentaron, fascinados por el tipo de vida que aquí reinaba.
Distintos puntos del país fueron el destino de los que se quedaron, como soy herencia de los que eligieron los valles mendocinos, me referiré a algunos que lo hicieron en Tunuyán.Si bien me consta que el venirse les significó desprenderse de familia, aquí hicieron una nueva y se enamoraron totalmente de esta tierra.
Indico quienes llegaron de la española Salamanca (familiares) se dedicaron a la fruticultura, asociándose familiarmente como contratistas de extensas fincas. Dejando además con diversas profesiones a su descendientes tunuyanenses.
De la andaluza Granada, su parte Mediterránea; de Motril, un dedicado constructor que en Tunuyán dejó buenas edificaciones y donde fue reconocido junto a su familia por su don de buena persona.
También de Alicante; ambiciosos comerciantes que con esfuerzo y entereza lograron importantes beneficios económicos.
Y ya desde Cáceres (Extremadura) los que de pronto expresaron con esfuerzo y fe sus aportes al Tunuyán que les abrió sus puertas.
Muchos otros conocidos y desconocidos aquí llegados, los que apostaron por este Departamento; tantos pioneros, que como los antes citados fueron protagonistas de su actual transformación. Alfredo Vicente
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